Una gélida tarde de otoño, mientras caminas por el cementerio, ves algo moverse rápidamente por el rabillo del ojo. Al voltear, no ves nada, pero una sensación inquietante te acelera el paso y te eriza el vello. Incluso en la seguridad de tu hogar, sientes que algo en el aire ha cambiado.
Nunca debiste caminar por aquel lugar...